"Sí a un pacto que mejore la educación, sí a un pacto que refuerce la educación pública y que garantice la religión para quienes la quieran, pero sólo para los que la quieran. Si se trata de marginar la escuela pública o de imponer la religión búsquense a otro, a mí no". Seguidamente salió de la sala entre los aplausos de su grupo.
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ZP está intentando hacer méritos para aprobar el Master en demagogia cobarde por la Universitas Rubalcabrensis; de momento, con resultado bastante pobre (ha sido como llamarle cabezón al forzudo del colegio y salir por piernas).
Seré feliz el día que algún rojo me explique qué necesidad había de derogar la anterior ley (LOCE). No me vale lo de "era una ley fascista" y gilipolleces por el estilo. Si "sólo" era cuestión de retirar la obligatoriedad (?) de la religión en favor de la "formación del espíritu alianzador", con haber propuesto ese cambio era suficiente.