Como en España parece que nos sigue sobrando la pasta, además de ayudar a los banqueros y tirar 8000 millones a la basura, a ZP se le ha ocurrido financiar con nuestros impuestos a la industria automovilística foránea para que no nos abandone y no se vaya a otros países en vías de subdesarrollo.
El problema es que la pasta se va a acabar un día u otro.
Seguimos siendo un país de curritos. Cuando la construcción funciona, entonces todo guay. Cuando los franceses venden coches, todo guay porque trabajamos en sus factorías. Y si no es así y las turistas no vienen a sacar las tetas al sol en Benidorm, entonces las pasamos putas.
A ZP sólo le hace falta subvencionar a las turistas (sean de playa o piscina) para ser un perfecto socialdemócrata.
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